Archivo de 13 abril 2019

Luz que agoniza.

 

El director Georg Cukor fue el autor de los angustiosos 114 minutos de metraje de la película Gaslight (Luz que agoniza), en la que no agonizan sólo las luces de gas, sino también la cordura de la protagonista, Paula Alquist (Ingrid Bergman).

Este film, clasificable tal vez como cine de intriga, nos presenta un ambiente fuertemente opresivo y escalofriante. Paula Alquist es cortejada por un hombre completamente posesivo, en una relación tóxica de película, Gregory Anton (Charles Boyer), que está más interesado en la casa londinense de la protagonista que en ella misma. La historia que esconde Anton es que en realidad él no es otra cosa que un ladrón yo diría psicópata y frío, que unos diez años antes había asesinado a la tía de Paula, en un fallido intento de robar sus joyas, de gran valor.

 

 

Anton registra con gran dedicación toda la casa, al mismo tiempo que trata de convencer a Paula y a sus criados de que ella está loca. Vamos, un hijodeputa de campeonato, que cuando ves la película te dan hasta ganas de arrearle unas hostias hasta despeinarlo. Las intenciones de Anton pasan por tener controlada su mujer, mientras busca desesperadamente las joyas por toda la casa, que son el único contenido de la misma que le atrae.

Las maquinaciones de Anton son desenmascaradas por un agente de Scotland Yard, Brian Cameron (Joseph Cotten), que como no podía ser de otra manera, se enamora de la chica que salva del martirio (una Ingrid Bergman que se sale en su papel y que recibió una estatuilla por su interpretación en los Óscar).

 

 

El film es muy entretenido, aunque muchas veces te dan ganas de hacer algo, oséase, darle su merecido a ese mamón. Aunque el argumento no es de 10, sí lo son las magníficas interpretaciones del reparto, en el que debuta Angela Lansbury en el cine, caracterizando a una respondona sirvienta. La evocación de la persecución y la paranoia en esta película, hacen de Luz que agoniza un entretenimiento que engancha desde el primer minuto, y que te mantiene en vilo durante todo el metraje, al estilo de los films de cine negro que por aquel entonces estaban tan de moda.