Archivo de mayo 2018

Lela

 
Están as nubes chorando
por un amor que morreu.
Están as rúas molladas
de tanto como choveu.
 
Lela, Lela,
Leliña por quen eu morro,
quero mirarme
nas meniñas dos teus ollos.
 
Non me deixes
e ten compasión de min.
Sen ti non podo,
sen ti non podo vivir.
 
Dáme alento das túas palabras,
dáme celme do teu corazón,
dáme lume das túas miradas,
dáme vida co teu dulce amor.
 
Lela, Lela,
Leliña por quen eu morro,
quero mirarme
nas meniñas dos teus ollos.
 
Non me deixes
e ten compasión de min.
Sen ti non podo,
sen ti non podo vivir.
 
 
A. Daniel Rodríguez Castelao, Os vellos non deben namorarse.
 

Integración indirecta mediante el método de vasos comunicantes.-

 

Hace ya bastante tiempo, tuve una idea que me pareció realmente bella. Tanto, que me di cuenta en el momento que se podían hacer nuevas matemáticas desarrollándola un poco.

 

 

 

Estaba pensando en cómo si introducimos un líquido en un mecanismo dotado de columnas huecas adyacentes unas a otras y practicamos un agujero lo suficientemente bajo en cada pared que separa columnas contiguas, resultará que el volumen de líquido es invariante, ni aumenta ni disminuye, y cuando se equilibran las fuerzas parejas a la presión hidrostática en cada columna, tendremos el mismo volumen de líquido que al principio, resultando ser por lo tanto la altura alcanzada igual al valor medio del cálculo integral de la función de partida. De esta manera, se me ocurrió que se podría construir una sucesión de funciones que imitara el comportamiento del nivel de líquido en todo el intervalo, con el objeto de obtener indirectamente la integral definida de la función inicial en dicho intervalo. La sucesión de funciones tendría como condición de construcción que la integral del nuevo nivel no variase en cada nueva iteración. Pues bien, tal y como era mi intención, he desarrollado esta bonita idea y el resultado ha sido el paper titulado “integración indirecta mediante el método de vasos comunicantes”, que aquí presento en esta entrada.

 

 

A las personas que practican el odio o el “bullying” en las redes sociales, les diré que yo prefiero ser constructivo y hacer cosas de provecho, antes que odiar a nadie. Me parece una gran pérdida de tiempo y de energía. A esas personas les proporciono mi trabajo desinteresado, es decir, no les ofrezco odio. Nunca jamás entenderé los beneficios que obtienen los llamados “haters” y “trolls”, y condeno su actitud. Hagamos el amor y no la guerra y busquemos el bien para todos.

 

 

PARA INICIAR LA DESCARGA CLICAR AQUÍ : metodo_vasos_comunicantes

 

Rima IV

 
No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
 
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
 
Mientras la humana ciencia no descubra
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
 
Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanza y recuerdos,
¡habrá poesía!
 
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!
 
 
Gustavo Adolfo Bécquer, Libro de los gorriones.

Amor constante más allá de la muerte

 
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

 

 

Francisco de Quevedo.