(11) – El poema de la vida

 

Arriba a la izquierda empieza la vida

como un poema empezado de repente,

un trazo que nace en la pluma esgrimida

por Su Majestad el dios de la suerte,

con su mano invisible a ella adherida

guiando el rumbo del caudal y la gente,

y Natura escribe con sangre de su herida

en una línea que se tuerce y se retuerce,

que con la amistad engorda su caligrafía

y con el amor manuscribe más fuerte,

garabateando con rapidez y alegría,

el ritmo del agua lo tiene presente

si de la juventud nos acompaña su lira

en una melodía de felicidad incipiente,

pero cuando se alcanza la sabiduría

y el sinsabor llega como un gordo gerente

clausurándonos la inocencia perdida,

cuando la soledad hace guardia en su fuerte

construyendo en el alma su guarida,

y la enfermedad su barco amarra en el muelle

pues de ultramar nos trae su mercancía,

y se instala despreocupadamente

para disfrutar de una larga estadía,

el sol a lo lejos declina penitente

tan lejos que no llega su luz mortecina,

y con el rigor y la impiedad de un presidente

el poeta culmina sin pesar su poesía,

suelta la pluma el dios de la suerte,

la última línea se escribe enseguida,

abajo a la derecha termina la muerte.

 

© El rostro sagrado, SergeantAlaric, 2012.

 

 

  1. 27 octubre 2009

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